lunes, 19 de marzo de 2012


Fue a punta de navaja
Cuando los gatos al amanecer
Hicieron de luna, sangre lenta.
Fue un último beso
Sin poner los pies en el suelo
Los dedos de otro acariciándola.
La sombra se seca en las esquinas
Unos ojos negros tras los cristales.
Los edificios se erigen en ruta
Hacia el pozo de ambas ciudades.
Un violín estrellado contra el suelo
Y un buitre arrancando sus entrañas,
Su corazón de verso de plata.
Palizas, gestos, patadas.
Vértigo hacia el fondo del túnel
Los coches, pasan a mi lado,
Las noches se vuelven día.
El tacto del frío, cuando sale el sol.
Puñetazos contra la pared,
Contra el implícito lugar, ten cuidado.
Corre el demonio a sus anchas
Por estas calles de eterno néctar
De miel, azufre, lluvia y frío.
Un hombre malherido, acude al hospital
Chillando a todo el mundo
¿Dole s ta, patan de oledad?
La cabeza sangrando, el cuerpo fuera
Son las cicatrices de un mal lugar.

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