Fue a
punta de navaja
Cuando
los gatos al amanecer
Hicieron
de luna, sangre lenta.
Fue un último
beso
Sin
poner los pies en el suelo
Los dedos
de otro acariciándola.
La
sombra se seca en las esquinas
Unos
ojos negros tras los cristales.
Los
edificios se erigen en ruta
Hacia
el pozo de ambas ciudades.
Un violín
estrellado contra el suelo
Y un
buitre arrancando sus entrañas,
Su
corazón de verso de plata.
Palizas,
gestos, patadas.
Vértigo
hacia el fondo del túnel
Los
coches, pasan a mi lado,
Las
noches se vuelven día.
El
tacto del frío, cuando sale el sol.
Puñetazos
contra la pared,
Contra
el implícito lugar, ten cuidado.
Corre
el demonio a sus anchas
Por
estas calles de eterno néctar
De miel,
azufre, lluvia y frío.
Un
hombre malherido, acude al hospital
Chillando
a todo el mundo
¿Dole s
ta, patan de oledad?
La
cabeza sangrando, el cuerpo fuera
Son las
cicatrices de un mal lugar.
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